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El saxofón, a menudo abreviado como saxo, es un instrumento de viento inventado por el fabricante de instrumentos musicales belga Adolphe Sax en 1840. Forma parte de la familia del viento madera, a pesar de estar fabricado en metal, normalmente latón. Es uno de los instrumentos más recientes que existen, pero en su corta historia se ha ganado un importante hueco en muchos estilos musicales, gracias a su combinación de versatilidad, hermoso sonido y apariencia muy particular y atractiva.
Curiosamente, el saxo fue, en su origen, un instrumento concebido para la música orquestal, pero hoy en día podemos verlo en las manos de músicos de estilos tan diversos como el rock o el jazz. Es a este último estilo, el jazz, al que el saxofón suele estar más ligado en el imaginario popular.
La parte más grande y visible del saxofón es su cuerpo, un tubo metálico de forma cónica que puede ser más o menos estrecho y tener diferentes longitudes. Es la cámara de resonancia del instrumento.
Las otras partes del saxofón son el reed o generador de sonido, la boquilla por la que sopla el músico, el cuello –la parte articulada que une la boquilla al cuerpo– y, para sujetar y equilibrar el instrumento, la correa, el gancho para el pulgar y el descanso del pulgar. Para producir las diferentes notas, el saxofonista se vale de un sistema de entre 21 y 23 teclas, formado por almohadillas y agujeros de tono.
Se suele considerar que el saxofón es uno más de esos instrumentos que son fáciles de aprender, pero difíciles de dominar. La digitación requerida para interpretar las diferentes notas es relativamente sencilla, pero se necesita mucha práctica para aprovechar todas las posibilidades que ofrece el saxofón y lograr un sonido vivo y colorido.
La familia del saxofón es amplia. Como sucede con otros instrumentos musicales, los saxofones se clasifican fundamentalmente sobre la base de su tamaño. Así, encontramos desde saxofones relativamente pequeños, los sopraninos, hasta saxofones más grandes que una persona, los contrabajos.
Desde que el instrumento fue inventado, la inmensa mayoría de los saxofones se han fabricado en latón, con algún tipo de revestimiento para proteger el metal de la oxidación y el deterioro. Los tornillos y muelles internos suelen estar hechos de acero inoxidable.
Se han hecho intentos por fabricar saxofones en otros materiales, como bronce al fósforo, plata, cobre o materiales sintéticos, con diferentes grados de éxito, pero ninguno de ellos ha llegado a popularizarse.
La caña o lengüeta del saxofón, la pieza interior que vibra al soplar, suele estar fabricada en caña común (esta es la razón por la que el saxo es un instrumento de viento madera) o fibra de vidrio. La boquilla, por último, puede encontrarse en una amplia variedad de materiales: madera, caucho, porcelana, plástico, hueso…
Muchos músicos se deciden a comprar un saxofón porque comparten la fascinación por este instrumento que, como decíamos, resulta muy atractivo tanto por su aspecto característico como por su vivo y colorido sonido. El saxo es, además, un instrumento realmente versátil, cuyo uso va desde la música militar hasta el rock and roll.
No tenemos ninguna duda de que si te decides a comprar un saxofón, la consecuencia será que… no querrás parar. En sus escasos años de vida, el saxofón ha conquistado a innumerables músicos, y tú podrías ser el siguiente.
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